El otro día me confundieron por la calle con Frank de la Jungla.
No es que me parezca mucho la verdad será por las pintas que llevaba.
Por otro lado…
No es tan raro que me confundan.
Porque también me paso el día sacando veneno.
Pero no de reptiles.
De inversiones.
De creencias locas sobre el dinero.
Y de decisiones que parecen racionales… pero no lo son.
Como esa vez que Frank se metió en un estanque lleno de cocodrilos con un palo en la mano y una sonrisa en la cara.
¿Locura?
No.
Él sabía cómo reaccionaban los animales.
Pero ahora dime esto:
¿Sabes cómo reaccionas tú cuando ves un 2x1?
¿Sabes por qué compraste esa membresía anual “con descuento”?
¿Sabes por qué te parece más grave perder 10€ que ganar 15€?
No lo sabes.
Porque no eres tan racional como crees.
En La trampa del dinero, Dan Ariely hizo un experimento brutal:
Ofrecieron chocolate de lujo a 15 céntimos.
Y al lado, chocolate normal… ¡gratis!
¿Adivinas cuál ganó?
El gratis.
Aunque el otro era mejor.
Y la diferencia de precio era mínima.
Pero nuestro cerebro no piensa en valor.
Piensa en lo que siente que pierde.
Y si algo es gratis, la emoción lo convierte en irresistible.
Aunque sea peor.
Aunque no lo necesites.
Aunque te esté costando más a largo plazo.
Esa es la verdadera serpiente.
Esa emoción que te aprieta antes de pensar.
Esa creencia que se te enrosca al juicio.
Ese veneno que actúa sin que te des cuenta.
Por eso en la membresía 404 no te digo lo que hacer con tu dinero.
Te enseño a detectar cuándo te está mordiendo el sistema.
Y a desactivar ese veneno antes de que te paralice.
Si alguna vez has comprado algo solo porque era gratis…
Estás dentro de la jungla.
Aquí tienes tu llave