El fuego, la trampa y el mechero de la Sole.
O lo enciendes tú… o te lo inventas como hacen todos.
Esto pasó ayer
Estaba haciendo zapping a la desesperada…
Cuando de pronto, zas:
La isla.
Un concursante sale corriendo con los ojos como platos, detrás otro dando saltos de alegría…
—“¡Lo conseguimos!”
—“¡Después de horas rascando!”
—“¡Por fin fuego!”
Y ahí estaban todos, emocionados, abrazándose como si hubieran inventado la rueda.
“OE OE OE OE OE OE”.
Fuegoooo fuegoooo!!!
Pero algo olía raro.
Y no eran los sobacos después de días sin ducharse en la isla.
No eso no.
De pronto, Jorge Javier con tono dramático lanza un clavo ardiendo…(nunca mejor dicho)
“Chicos… ese fuego, ¿seguro que lo hicisteis con palitos?”
Silencio.
Plano corto a los ojos de espinete de los concursante…
Y la bomba:
—“Porque nosotros sabemos que lo hicisteis con un mechero.”
Ohhhh
WTF???
Cara de “giliponchis”.
—“Lo siento…”
—“Fue un momento de debilidad…”
—“Que la audiencia nos perdone…”
—“No somos dignos del fuego…”
Lágrimas.
Culpa.
Mientras en casa… flipando.
Fijate una cosa…
Si no los llegan a pillar, seguirían siendo los héroes.
Y eso es exactamente lo que pasa fuera de la isla…
…con el dinero.
Gana el que mejor finge.
El que más aparenta.
El que controla las cámaras, no las finanzas.
Y mientras tú te esfuerzas, raspando palitos financieros,
otros van con el mechero encendido y
hacen que tú les des tu dinero sin darte cuenta.
Así funciona la economía hoy:
No gana el que más sabe, sino el que mejor se vende.
No gana el que lo merece, sino el que provoca emociones.
Y si no lo ves, te lo vas a comer con patatas fritas.
Por eso existe Mentalidad a prueba de fuego 404.
Una membresía para gente que ya entendió que el dinero no es lógico, es emocional.
Que no se mueve por Excel, sino por percepción.
Y que si tú no manejas esa narrativa… te la van a colar.
Como decía el clásico noventero:
“Sole… que te quemó con el mechero.”
Pues eso.
Es por aquí…
P.D.: Si no tienes un mechero, al menos aprende a detectar cuándo te lo están metiendo doblada. Te enseño cómo, aquí dentro.