Ayer te comentaba que hoy íbamos a hablar de dos hombres y un mismo destino.
Pues vamos a ello
Si tienes la piel más fina que una locha de pavo comprada en el súper por un agarrategui maximus.
Si eres más sensible que un oso amoroso, el día de los enamorados.
Si se te erizan todos los pelos tu cuerpo cuando ves un anuncio de Mimosin.
Bueno, ya me entiendes
Si es así no leas el correo de hoy
Lo digo en serio.
Estás avisado.
Ahora si quieres aprender algo tremendamente importante sobre como mantener una relación sana con tu dinero, casi seguro que vas a sacar algo en limpio en el correo de hoy .
Bien
Te cuento.
Hace casi 100 años dos inversores cruzaron sus destinos en Wall Street.
Si 100 años.
Hay cosas que no pasan de moda.
El primero de ellos se llamaba Jesse Livemore , y fue el mejor corredor de bolsa de su época.
Cuando el resto iba aún con pañales, él ya era bróker profesional.
A los 30 años tenía el equivalente a 100 millones de dólares a día de hoy
Todo esto antes del crac del 29, donde el mercado cayó más de un 75 por ciento.
Ese día su esposa lo esperaba en casa, totalmente angustiada, se temía lo peor.
Circulaban noticias sobre especuladores de Wall Street que se suicidaban.
De pronto sonó el timbre, era Jesse, tanto ella como sus hijos salieron a recibirlo llorando.
En un primer momento él no entendía por qué lo recibían así, después se dio cuenta.
Y les dio una noticia que nunca se hubieran imaginado .
“Nos hemos forrado, podemos hacer lo que nos dé la gana…!!!”
En un día Jesse Livermore consiguió la cantidad equivalente a 3000 millones de dólares
Sí… Sí, 3.000.000.0000 de dólares.
Durante el peor momento de bolsa de todos los tiempos, él se convirtió en unos de los hombres más ricos del mundo.
Mientras la familia de Jesse lo celebraba
Por las calles de Nueva York merodeaba Abraham Germansky era un promotor inmobiliario multimillonario que se forró durante los años 20 , y que invirtió toda su fortuna, al igual que muchos de los hombres más exitosos de la ciudad.
El 26 de octubre el New York Times publicó
“Según informa Sandler, Germansky, que tiene 50 años y es un promotor inmobiliario del East Side, había invertido mucho en acciones.
Sandler dijo que la señora Germansky le contó que un amigo vio a última hora del martes en Wall Street, cerca de la bolsa. Según informante, su marido estaba despedazando una cinta de teletipo y la estaba esparciendo por la acera, mientras caminaba en dirección Broadway”
Nunca más se volvió a ver a Abraham.
¿Cómo te quedas?
Uno se convirtió en el más rico del mundo y el otro quizás se quitó del medio.
Pero aquí no se acaba la historia
4 años después, la historia de estos dos hombres vuelve a cruzarse.
Livermore tras el 29, siguió invirtiendo, al fin, al cabo sabía como ganar cantidades ingentes de dinero.
¿qué malo podía pasar….?
Así que poco a poco fue aumentando la cuantía que invertía, incluso se llegó a endeudar.
Los resultados parecían no acompañarlo esta vez, así que ya con el tren en marcha decidió endeudarse más y más …
…hasta que terminó perdiéndolo todo.
Sin un duro y tremendamente avergonzado, desapareció durante unos dos días en 1933.
El New Tymes publicó:
“Jesse Livermore , corredor de bolsa, del número 1100 de Park Avenue, está desaparecido y no se le ha visto desde ayer a las tres de la tarde”
Finalmente, volvió a su casa, pero su destino estaba escrito.
Pero poco después se quitó la vida.
Como ves tanto, Germansky y Livermore fueron tremendamente hábiles ganando dinero, pero igual de malos manteniéndolo.
Bien
Como te comentaba hoy es un correo no recomendable para pieles finas semitransparentes.
Pienso que tener presente esto es realmente importante para mantener una relación tremendamente sana con tu dinero.
Puedes estar de acuerdo conmigo o no, al fin al cabo soy un botones y poco más, pero la lección de hoy es realmente potente.
“Conseguir dinero es una cosa, mantenerlo es otra”
Morgan Housel
Mañana te cuento una anécdota con un copy de los buenos y destacados en el mundo tuitero.
P.D. Suscribete arriba
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