Sorprendente lección en lugar inhóspito con una "olla y un concha al natural"
No apto para todos los públicos.
Hay un famoso programa televisivo que posiblemente te suene y que es extremadamente útil para aprender sobre finanzas, se llama "Aventura en pelotas".
Sí, sí... he dicho aventura en pelotas.
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Si piensas que me he dado un golpe en la cabeza y aún estoy semi-inconsciente, no te preocupes, estoy bien.
Todo correcto.
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Por si no lo conoces, te cuento un poco.
En un lugar inhóspito, una pareja de desconocidos en paños menores debe aguantar 21 días sin agua y sin comida.
Vamos, que no es un camino de rosas que digamos.
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Bien.
El otro día pasó un detalle que me llamó especialmente la atención.
Estaban en el Amazonas, con más humedad que en la ventana de un submarino, con la hipotermia acechándoles más que un paparazzi en la puerta de la casa de Presley, con más agua encima que en la famosa canción de Mana.
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¿Qué canción?
Esta, esta:
“Sigue lloviendo
sigue lloviendo al corazón…
…en mis ojos no ha parado de llover”
¿Cómo sobrevivir ante un escenario tan hostil?
Con FUEGO.
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Pero sus intentos son nulos.
Las condiciones de lluvia continua y alta humedad impiden que el fuego prenda.
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Intentan una primera solución:
Unir sus cuerpos piel con piel durante toda la noche.
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¿Resultado?
Acaban liándose y poco después se casan. Al año les hacen una entrevista y aparecen junto con dos preciosos gemelos que están "para comérselos".
Mira.
¡Va a ser que no!
Esto no es la Isla de las Tentaciones.
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Imagínate allí.
Vale que estás en pelotas, pero la escasez de comida, de agua y con bichos por todos lados no parece el mejor sitio para dar rienda suelta a la pasión.
Dicen que allí, cuando amanece no apetece.
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Bueno.
Visto que la primera opción no sirve, intentan una segunda.
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No te lo he contado, pero el hombre era un experto superviviente y, a pesar de saber hacer fuego, las condiciones tan extremas se lo impedían.
Todas las ramas estaban empapadas y, aunque su única misión en todo el día era encontrar una rama idónea para prender fuego, todos sus intentos cayeron en saco roto.
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Finalmente desquiciados.
Deciden que abandonarán si esa noche no consiguen hacer fuego.
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Nuestro protagonista sigue y sigue en busca de “la rama perfecta”.
Pero nada.
De repente
Todo cambia y sorprendentemente a escasos metros de donde están, encuentra “La rama Perfecta”.
Que ha estado al lado suyo todo el tiempo, a escasos 10 metros.
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Por fin encuentran la rama que finalmente les librará de morir de frío.
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De esta historia se pueden sacar muchas lecciones.
A mí se me ocurre una.
A veces las soluciones a nuestros problemas pueden estar más cerca de lo que pensamos, pero no las vemos debido a nuestra focalización en lo difícil de la situación.
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¿Como aplicar esto a tus finanzas?
No complicándose y empezando por cosas sencillas. Por ejemplo eliminando “un gasto inútil” por pequeño que sea.
P.D: Estoy preparando algo, creo que te va a gustar.
P.D: Por cierto, cada vez esta más de moda irse un fin de semana a un campamentos de Supervivencia.
Por algo será ¿no?