Este domingo estaba en el chiquipark.
Celebrando el cumple del niño.
Si nunca has ido, te explico cómo funciona la movida:
Suelta a los niños 3 horas y que se maten entre ellos.
Mientras tanto, tú hablas con otros padres, comparas las manías de tu hijo con las del resto y finges que todo está bajo control.
Pero esta vez fue distinto.
Un padre estaba de resaca.
No de las resacas de padre, esas donde tu hijo te da la noche y no pegas ojo.
No.
De las resacas de verdad.
De chupitos, copas y una noche de esas que se van de las manos.
El motivo: una cena de antiguos alumnos del instituto.
25 años sin verse.
Y claro… peligro máximo.
Si las cenas de Navidad ya son una ruleta rusa, imagina una con gente que no ves desde que usabas mochila a la altura del culo.
Según él, fue como la cola del COVID:
Ves a la gente de tu edad y piensas:
"Dios, qué cascados están… menos mal que yo me conservo bien."
Pero lo mejor no fue eso.
Lo mejor fue cómo resolvieron el problema más grande de todos:
¿Cómo reconoces a alguien que llevas 25 años sin ver?
Aquí viene lo bueno.
Pusieron fotos del instituto.
Con espinillas, aparatos en los dientes y peinados que deberían estar más prohibidos que intentar ver un capitulo de Neflix.
"Muy fuerte, tía."
Pero lo más loco no fue eso.
Lo más loco fue cuando se dieron cuenta de que…
Aquellas fotos eran mejores que la versión actual.
Piensa en esto un momento.
Tú, con 15 años, mirabas al espejo y te veías fatal.
Que si el pelo, que si la piel, que si el cuerpo, que si "ojalá ser más alto".
Pero ahora, si te comparas con la versión actual, te das cuenta de que…
Aquel era tu prime y ni lo sabías.
Y aquí es donde viene el melón.
Si eso pasó con tu aspecto…
¿Qué pasaría si lo aplicamos a tus decisiones?
Porque igual que con el físico, hay muchas cosas que en su día pensaste que eran una mierda… y en realidad eran una oportunidad brutal.
Así que te dejo con esta bomba:
Si pudieras dar un consejo a tu yo del pasado, ¿qué le dirías?
Y ahora vamos al giro final.
¿Qué pasa si te digo que tu yo del futuro ya tiene un consejo para ti… y lo estás ignorando?
Ese "ojalá hubiera empezado antes".
Ese "si hubiera sabido esto a tiempo".
Ese "qué tonto fui por no verlo en su momento".
Lo estás repitiendo ahora mismo con tu mentalidad financiera.
Estás dejando pasar oportunidades.
Estás tomando decisiones que mañana te parecerán ridículas.
Estás en la versión 2024 de "no saber que estás en tu prime".
Por eso monté Habitación 404.
Para que cuando mires atrás en 10 años, no pienses:
"Si hubiera cambiado antes, hoy estaría en otro nivel."
No.
Para que tu yo del futuro diga:
"Menos mal que espabilé a tiempo."
Si quieres evitarte ese drama, entra aquí.
Nos vemos dentro.
P.D.: Si en 10 años lees este email y piensas "ojalá haberlo hecho"… ya sabes lo que tienes que hacer hoy.